Los orientales fueron mayoría en el estadio, donde también se congregó una importante masa paraguaya, entre tanta gente de otras nacionalidades diseminadas en tribunas y plateas.
Conocedores de los antecedentes –y muy parecidos por lo fervorosos a los argentinos-, los celestes uruguayos cantaron una y otra vez antes del encuentro pero todo en absoluta calma y
sin roces con los rivales, ya que todos supieron compartir los espacios en forma pacífica.
El estadio se fue poblando paulatinamente sin llegar a colmarse y en los minutos previos atronó la canción oficial de la Copa América, antes de los himnos, cantados con ganas de uno y otro lado.
Se escuchó un "Diego, Diego" dedicado a Forlán, en tanto que después del gol el homenajeado fue Luis Suárez. Del lado guaraní, el 2 a 0 pareció anestesiarlos, tanto como
a los jugadores, que sintieron el desgaste de los últimos días y se mostraron desinflados.
Tanto, que se ganaron algunas canciones que los invitaban a cantar, pero terminaron resignados y retirándose antes de tiempo.
Los uruguayos mientras tanto, celebraron casi tanto como el mes pasado lo hicieran los hinchas de Belgrano, claro que en mayor número ya que hoy ocuparon tres cuartas partes del estadio.
Y en medio de algunas bromas aisladas también para Argentina, los jugadores organizaron su vuelta, su ronda y toda clase de celebración porque tampoco querían abandonar ese campo de juego.
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