San Juan-- Venezuela acertó en dos jugadas de pelota parada para derrotar a Chile por 2 a 1, y con eso accedió a las semifinales de la Copa América, en un encuentro disputado esta
noche en el estadio del Bicentenario.
El defensor Oswaldo Vizcarrondo puso en ventaja a Venezuela, a los 34 minutos del primer tiempo, aunque el goleador Humberto Suazo le dio la igualdad a Chile sobre los 24 del complemento.
En tanto, el marcador lateral Gabriel Cichero anotó el tanto de la victoria venezolana, en el minuto 35 del complemento.
Gracias a esta victoria, el equipo venezolano quedó por primera vez entre los cuatro mejores, y en la próxima instancia irá en busca de otra hazaña ante Paraguay.
Durante la primera etapa Venezuela jugó con criterio e inteligencia, lejos de su propia área y por ende, más cerca del área chilena.
El volante Arango se hizo dueño del equipo, manejó muy bien la pelota y supo asistir a Maldonado y Fedor.
Chile, por su parte, jugó por debajo de su nivel, no supo resolver el planteo del rival y prácticamente no inquietó a la defensa venezolana.
Hasta que al promediar la parte inicial Arango ejecutó con maestría un tiro libre desde la derecha, Vizcarrondo ganó arriba y venció al arquero.
Obligado, el equipo trasandino salió con todo en la segunda parte, aunque antes de ejercer su predominio sufrió con un tiro libre de Arango, que se fue muy cerca.
Después, Chile cambió totalmente con el ingreso de Valdivia, buscó una y otra vez. La falta de puntería y de fortuna lo privaron de llegar antes a la igualdad.
Se sucedieron varias situaciones: una atajada de Vega ante un cabezazo de Suazo, otro remate del goleador en el travesaño, una salvada de Perozo en la línea ante un tiro de Suazo y otro disparo de Valdivia en el palo derecho.
Hasta que Suazo por fin acertó con un remate violento, que dejó sin chances a Vega y llegó a la igualdad.
Después, Chile generó otras situaciones con la habilidad de Sánchez o el empuje de los volantes.
En un contragolpe, Venezuela tuvo otro tiro libre y desniveló, luego del rebote que dio el arquero Bravo y que Cichero empujó al gol.
Esta es la síntesis:
Chile 1 - Venezuela 2.
Cancha: del Bicentenario.
Arbitro: Carlos Vera (Ecuador).
Chile: Bravo; Contreras, Ponce y Jara; Isla, Medel, Carmona,
Vidal y Jiménez; Alexis Sánchez y Suazo. DT: Claudio Borghi.
Venezuela: Vega; Rosales, Perozo, Vizcarrondo y Cichero; César
González, Lucena, Rincón y Arango; Maldonado y Fedor. DT: César
Farías.
Gol en el primer tiempo: 34m. Vizcarrondo (V).
Goles en el segundo tiempo: 24m. Suazo (Ch); 35m. Cichero (V).
Cambios en el segundo tiempo: al inicio, Valdivia por Carmona
(Ch); 14m. Rondón por Fedor (V); 15m. Paredes por Jara (Ch); 18m.
Seijas por Maldonado (V); 37m. Muñoz por Jiménez (Ch); 44m. Moreno
por C.González (V).
Incidencias en el segundo tiempo: 37m. expulsado Medel (Ch);
44m. expulsado Rincón (V).
La algarabía de miles de paraguayos y del plantel de su selección de fútbol fue tan grande como la desazón de otros tantos miles de brasileños que dejaban el Estadio Unico inmersos en un mutismo sepulcral, después de la clasificación del equipo guaraní a las semifinales de la Copa América.
Si hubo argentinos en La Plata no quedó muy en claro, salvo por algún par de banderas, una de ellas con un mensaje relacionado con los problemas domésticos: "Que vuelva Diego".
Pero lo realmente sorpresivo fue la magnitud del festejo paraguayo, el desborde, el intento de vuelta olímpica, por haber accedido apenas a las semifinales del torneo continental.
Al comienzo era todo verde y amarillo o blanco y rojo por sectores, con muchos abucheos y silbidos pero sin agresiones y con acuerdo tácito a la hora de hacer "la ola".
Los brasileños rabiaron cuando se fue Neymar y en general abuchearon a los que se iban reemplazados, tan impacientes como exigentes. Y los paraguayos pasaron de alentar a "Valdez" (el delantero Nelson Haedo Valdez) para cambiarlo por Justo (el arquero Justo Villar), sobre el final, instantes antes de los penales.
De parecidas costumbres al público argentino, los paraguayos más cercanos a un banderín de córner dedicaron toda su hostilidad al chico brasileño Neymar e incluso le arrojaron alguna botella de agua mineral.
Todos compitieron, eso sí, en el concurso de belleza femenina y las miradas varoniles eran atraídas tanto desde las huestes brasileñas como del lado del la parcialidad paraguaya. No faltaron incluso las muchachas ataviadas al estilo clásico de cada país y esa puesta en escena las hacía todavía más bonitas.
Terminó el alargue y el estadio, una maravilla arquitectónica que evoca escenarios de avanzada instalados en otras tierras, vibraba porque todos celebraban y se veían ganadores.
A nadie se le ocurría que se iba a ir triste en apenas un rato.Se vieron los infaltables rezos. Se escuchó gritar a rabiar. Se desplegaron elementos de seguridad por las dudas.Los brasileños asistieron atónitos a un espectáculo nunca antes imaginado ya que vieron cómo sus pateadores erraron la totalidad de los penales. El cero a cero resistió la primera tanda. Se gritó gol por primera vez después de dos horas de fútbol. Y ganó Paraguay.
Allí comenzó una celebración alocada, desenfrenada. Con un plantel completo que recorría de lado a lado el estadio, vivando a sus hinchas. Con torsos desnudos dentro y fuera del campo de juego.
Y con hileras de brasileños que habían enmudecido súbitamente, que se marchaban serios y con el rictus del llanto. Todo lo logró un partido de fútbol.
El entrenador Gerardo Martino arrancó las risas de los entrevistadores y no pudo evitar
imitarlos cuando analizó el partido frente a Brasil y subrayó que Paraguay tuvo esta tarde en La Plata "mucho sacrificio, mucho corazón, un gran arquero y... mucho culo".
El director técnico argentino que conduce a la selección guaraní pasó por alto rápidamente el instante final que lo mostró quejándose ante el árbitro del partido, Sergio Pezzotta, por
contragolpes cortados y fue completamente sincero.
"Uno se queja porque a veces no se puede contener. Pero tenía razón el árbitro", señaló.
Amplió que "Brasil debería haber ganado el partido, aunque también es mérito haber sacado dos pelotas en la línea y que el arquero haya jugado de la manera en que lo hizo".
"Brasil debió ganar incluso al cabo de los 90 minutos. No suelo quedarme una vez terminado el partido pero esta vez fue la excepción y lo primero que hice fue abrazar a Justo Villar",
comentó.
Desde el análisis de lo hecho en el partido, Martino señaló que Paraguay no jugó el partido que quería el cuerpo técnico, pero rescató lo hecho durante el alargue.
"Durante el alargue estuvimos `ordenaditos`. También supimos contolar a Maicon, que no fue decisivo como contra Ecuador. Este es un equipo que podrá no jugar bien, pero a entrega y espíritu nadie le gana", subrayó.
También ensayó un balance parcial y dijo que Paraguay jugó los dos primeros partidos muy bien pero después decayó.
"El objetivo era llegar a la segunda semana de competencia y ya lo hicimos. Estará en nosotros si nos parecemos al equipo de los dos primeros partidos o a los dos últimos", indicó.
Razonó en consecuencia que si se da lo primero, Paraguay jugará el domingo la final y en su defecto, buscará el sábado el tercer puesto aquí en La Plata.
También advirtió sobre un mal que ha venido acechando a los conjuntos de ese país, que experimentó bruscas caídas después de haber eliminado a equipos poderosos.
El entrenador de Brasil, Mano Menezes, advirtió que se desarrolla una Copa América "medio rara", ante las eliminaciones de su equipo y de la Selección Argentina.
"Hoy fuimos los mejores, no hay dudas. Pero esto es parte del fútbol. Paraguay empató cuatro veces y está en semifinales. Es una Copa América medio rara porque Argentina
y Brasil no están entre los cuatro mejores", reflexionó.
Dijo que "una derrota siempre trae tristeza" y enfatizó que Brasil siempre trabaja para vencer, pero no pudo hacerlo, hoy frente a Paraguay en La Plata, superado en cuartos de final.
"Tuvimos chances clarísimas pero no fue suficiente para convertir el gol por el que tanto trabajamos. Debemos seguir por este camino", planteó.
Sostuvo que "no se puede hacer un análisis de cuatro penales mal ejecutados y sí se puede decir que el otro área estaba en mejores condiciones".
En ese aspecto, Menezes indicó que desde su punto de vista, el campo de juego del Estadio Unico no estaba en buena condición."Brasil no estuvo bien para el gol. Fuimos los mejores, no
hay dudas, esto es parte del fútbol. Soy responsable de elegir a los jugadores y hoy no estuvieron en su día", fueron otras explicaciones que ofreció el técnico en la conferencia de prensa posterior al juego.
(Por Diego Provenzano, enviado especial de NA)-- Menos de un día pasó de una nueva eliminación de una Selección argentina de fútbol de una competencia importante antes
de sus instancias decisivas, pero este paso en falso merece un análisis mucho más profundo y necesita de un replanteo.
Lo que pasó en Santa Fe dolió, causó tristeza porque en la tabla del merecimiento -la más injusta del fútbol- Argentina, así con todos sus errores defensivos a cuesta, fue amplio ganador por sobre Uruguay, que tuvo al "porteño" salvador Fernando Muslera.
De hecho, Sergio Batista opinó que la eliminación de su equipo en cuartos de final -con un triunfo, tres empates y ninguna derrota- no fue un fracaso, pero el primer paso de una verdadera autocrítica es reconocer que el objetivo no se cumplió y las expectativas tampoco.
Lejos están estas líneas de pedir la cabeza del entrenador, pero Argentina era local y a nivel de las mayores, trataba de recuperar un título después de 18 años, tras la victoria en la
Copa América Ecuador '93.
El escenario era innmejorable, tenía entre sus filas a cinco delanteros de los equipos élite de Europa, incluido el mejor del mundo Lionel Messi, pero sufrió durante todo el torneo por las
pocas situaciones de gol y cuando las tuvo, falló mucho en la definición.
Los problemas en la gestación en los dos primeros partidos ante Bolivia y Colombia, obligaron a cambiar la idea inicial, el esquema y los protagonistas del armado de "Checho" Batista.
Ahora, aferrado a un contrato que firmó hace dos meses en las oficinas de la AFA, Batista confirmó que lo cumplirá hasta su finalización, una vez terminadas las Eliminatorias para el Mundial de Brasil 2014.
Justamente, ese será el próximo objetivo importante de la Selección mayor: dos dobles fechas (Chile-Venezuela y Bolivia-Colombia) en octubre y noviembre.
El DT entonces tendrá que reenfocar el rumbo de un equipo decepcionante, que careció de variantes y que cuando necesitó jugar -durante un tiempo tuvo un hombre de más ante Uruguay- no consiguió dar tres pases seguidos.
Habrá que fortalecer el juego aéreo, rodear mejor a Messi y, para continuar con la premisa de posesión de la pelota, poner jugadores que sepan y quieran jugar en conjunto.
Los intentos individuales fueron una constante cuando Argentina necesitó de ese hombre que impusiera la pausa, piense la jugada y ejecute en función de la idea inicial.
E incluso, en la previa con Uruguay, Batista dijo que esperaba que el partido se definiera "con una individualidad". Argentina es mucho más que una individualidad, o al menos tiene
jugadores como para intentar otra cosa. Messi debe ser la frutilla del postre, quien decore el funcionamiento colectivo.
Pero la situación es mucho más grave si se toma en cuenta que la decadencia de Argentina, a nivel mayor, tiene su correlato en las juveniles, cuando hace apenas una década era el mejor
indiscutido en esa área.
Alejado José Pekerman y Hugo Tocalli -que logró el último título con el sub 20 en Canadá 2007-, los juveniles fueron adoptados como "caballito de guerra" de la Generación campeona del mundo en México 1986.
No se eligió un proyecto, el reclamo que inició Carlos Bilardo y que se repetía en cada uno de éstos protagonistas le dio trabajo a Batista, José Luis Brown, Julio Olarticoechea, Oscar Garré y Walter Perazzo.
En este lapso, Argentina no se clasificó por primera vez en la historia a un Mundial sub 20 -con Batista como DT-, no podrá defender en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 sus dos medallas de oro consecutivas en Atenas 2004 y Beijing 2008, y el sub 17 de Oscar Garré, hace pocas semanas, entró con lo justo a los octavos de final y cayó con Inglaterra por penales.
Perazzo tendrá la responsabilidad de salvaguardar el orgullo juvenil en Colombia, donde a fines de julio se disputará el Mundial sub 20, al que consiguió la clasificación en el
Sudamericano de Perú, en enero pasado.
No es hora de hacer uso de la frase que el titular de la AFA, Julio Grondona, luce con beneplácito en el frente de su escritorio de la calle Viamonte.
Esta vez, Don Julio, no es hora de un "Todo pasa".
La Selección argentina sufrió nuevamente la maldición en definiciones por penales en un torneo importante y parece sufrir el síndrome "Goycochea", luego de que el recordado guardameta fuera vital para las clasificaciones del elenco nacional en el Mundial de Italia 1990 y en el título de la Copa América de Ecuador 1993.
Desde que Sergio Goycochea se retiró del elenco nacional, nunca más se pudo volver a sonreír en una instancia decisiva, a excepción del Mundial de Francia 1998, en el que Carlos Roa contuvo los disparos de Paul Ince y David Batty para darle el pase a cuartos de final al equipo albiceleste en el 2 a 2 con Inglaterra, el 30 de junio de ese año.
El 17 de julio de 1995 la Argentina quedó afuera en los cuartos de final de la Copa América de Uruguay 1995 al perder 4 a 2 en los tiros desde los doce pasos ante Brasil, tras igualar 2 a 2, el día del gol con la mano anotado por Túlio.
Ese día, el guardameta brasileño Claudio Taffarel -otro experto atajador de penales- contuvo los disparos de Diego Simeone y Néstor Fabbri.
La siguiente definición que le tocó a la Selección fue la del Mundial de 1998, y posteriormente vino la final de la Copa América 2004, el 25 de julio, cuando en la final Brasil igualó de manera agónica 2 a 2 en Perú con un zapatazo de Adriano y luego se impuso 4-2 en la denominada "lotería" de los penales.
En aquella oportunidad, Júlio César atajó el remate de Andrés D Alessandro y enseguida Gabriel Heinze desvió el suyo, mientras que el rival anotó los cuatro disparos que ejecutó.
La última vez, antes de la definición con Uruguay, había sido en el Mundial de Alemania 2006, cuando el 30 de junio, el conjunto nacional se despidió en cuartos de final al perder otra vez 4-2 frente al anfitrión tras empatar 1 a 1 en los 90 minutos reglamentarios y los 30 del alargue.
Ese día fue el del famoso "machete" del arquero Jens Lehmann, quien recibió un papelito, en el que supuestamente decía a qué punta iban a patear los jugadores argentinos.
El guardameta alemán atajó los remates de Roberto Ayala y Esteban Cambiasso y como los teutones no erraron ninguno de sus cuatro tiros, los dueños de casa avanzaron a las semifinales.
Este sábado era la chance de romper esa racha negativa, pero nuevamente no se pudo, ya que el guardavallas uruguayo -curiosamente nacido en Argentina- le contuvo el remate a Carlos Tevez y los "charrúas" no fallaron ninguno de los cinco para convertirse en el segundo equipo clasificado a la siguiente instancia.
Hay un análisis que va más allá de cualquier definición por penales y es que en la noche de Santa Fe, la Selección argentina estuvo durante casi un tiempo con un hombre más y generó menos situaciones que Uruguay.
Tras la expulsión de Diego Pérez y hasta la roja a Javier Mascherano, el entrenador Sergio Batista no le mostró a sus jugadores los caminos, ellos tampoco los encontraron y Uruguay se
aglomeró con sus volantes para repetir pelotazos a Forlán y Suárez.
Después de un gran primer tiempo, Gago se desinfló, dejó de manejar la pelota y por ahí empezaron los males de Argentina.
Sin utilizar las bandas tan bien como lo había hecho en el arranque, Batista no cambió: puso a Pastore por Di María para buscarle un socio a Messi, y a Tevez por Agüero.
"Carlitos" estuvo otra vez perdido en la cancha, en la mayoría de las jugadas terminó detrás de Zanetti, y terminó chocando con la garra charrúa.
Los problemas para generar situaciones se hicieron notorios otra vez, tal como había pasado con Bolivia y Colombia, pero cuando menos se esperaba, porque Argentina jugaba con un hombre más.
La expulsión de Mascherano equilibró el juego y la historia a partir de ahí fue otra porque, paradójicamente, Argentina creció y creó innumerables situaciones de gol.
Pero las piernas ya no respondían como al principio, como cuando debió acelerar para buscar dar vuelta el partido.
Uruguay no lo ganó, Argentina lo dejó escapar... una vez más.
Síntesis del partido que jugaron Argentina y Uruguay
Argentina 1 (4) - Uruguay 1 (5).
Estadio: Brigadier Estanislao López (Santa Fe).
Arbitro: Carlos Amarilla (Paraguay).
Líneas: Nicolás Yegros (Paraguay) y Luis Sánchez (Venezuela).
Argentina: Sergio Romero; Pablo Zabaleta, Nicolás Burdisso,
Gabriel Milito y Javier Zanetti; Fernando Gago y Javier
Mascherano; Angel Di María; Lionel Messi, Gonzalo Higuaín y Sergio
Agüero. DT: Sergio Batista.
Uruguay: Fernando Muslera; Maximiliano Pereira, Diego Lugano,
Mauricio Victorino y Martín Cáceres; Alvaro González, Diego Pérez,
Egidio Arévalo Ríos y Alvaro Pereira; Diego Forlán y Luis Suárez.
DT: Oscar Tabárez.
Goles en el primer tiempo: 5m D.Pérez (U); 17m Higuaín (A).
Cambio en el primer tiempo: 19m Andrés Scotti por Victorino (U).
Cambios en el segundo tiempo: 27m Javier Pastore por Di María
(A); 38m Carlos Tevez por Agüero (A).
Cambio en el primer tiempo suplementario: 6m Lucas Biglia por
Gago (A).
Cambios en el segundo tiempo suplementario: 5m Walter Gargano
por Arévalo Ríos (U) y Sebastián Eguren por A.Pereira (U).
Definición por penales:
Para Uruguay convirtieron Diego Forlán, Luis Suárez, Andrés
Scotti, Walter Gargano y Martín Cáceres.
Para Argentina anotaron Lionel Messi, Nicolás Burdisso, Javier
Pastore y Gonzalo Higuaín. El arquero Fernando Muslera atajó el
remate de Carlos Tevez.
Amonestados: Zabaleta, G.Milito, Burdisso, Gago y Tevez (A);
Cáceres y A.González (U).
Incidencia en el primer tiempo: 38m expulsado Diego Pérez (U)
por doble amonestación.
Incidencia en el segundo tiempo: 41m expulsado Mascherano (A)
por doble amonestación.
El entrenador Sergio Batista reveló esta noche que no va a "renunciar" a su cargo como
técnico de la Selección argentina mientras que señaló que "no es un fracaso" la eliminación del elenco nacional de la Copa América.
"No se me pasa por la cabeza renunciar y pienso que uno debe continuar el trabajo. Firmé hace pocos meses mi contrato y tengo un proyecto y hay que continuarlo", aseveró Batista en una conferencia de prensa brindada luego que su equipo fue eliminado del certamen por Uruguay.
Asimismo agregó: "Fracaso yo no lo llamo porque nosotros hicimos lo posible para ganar la Copa y no se nos dio. La palabra fracaso es muy fuerte".
Luego el "Checho" manifestó que "nos duele a todos la eliminación" mientras que consideró que la misma "no es un fracaso" y expresó que " hay que continuar con el trabajo".
"Mi trabajo empezó hace cinco meses. Nosotros pensábamos en ganar la Copa América, pero el proyecto es enfocarnos en la Copa del Mundo" expresó.
El entrenador del elenco argentino dijo estar "conforme con los jugadores" de su elenco aunque remarcó que "los primeros dos partidos no se jugaron como pretendíamos".
Al hablar del cotejo ante Uruguay, Batista indicó: "El primer tiempo de hoy creo que fue bueno. El balance no fue como pretendíamos, pero para todo se necesita trabajo y tiempo para
lograr lo que uno pretende".
"Lionel (Messi) hoy demostró que está a la altura de la Selección, hizo 30 minutos excepcionales. La capitanía, como dije siempre, en algún momento la iba a usar", reveló el técnico quien luego señaló: "No nos salieron las cosas como pensábamos y cuando uno debe cambiar a los dos partidos es porque hubo errores".
Además manifestó que cuando hizo ingresar a Javier Pastore "fue para buscar más fuerza en la ofensiva" mientras que señaló: "Tuvimos la mala suerte de que expulsaron a (Javier)
Mascherano. Leo demostró estar a la altura. La capitanía, como dije siempre, en algún momento la iba a usar", comentó.
Luego Batista dijo que se practicaron tiros desde los doce pasos en caso de que hubiese que recurrir a ellos como pasó en Santa Fe.
"El arquero de ellos detuvo un solo penal. Nosotros habíamos pensado en los mejores para ejecutarlos, lo habíamos entrenado. Sergio (Romero) había visto dónde podían patear y estaba todo previsto para que salgan bien las cosas", subrayó.
Finalmente el "Checho" indicó: "Uruguay tiene delanteros muy buenos. No creo que las jugadas en las que llegaron al área nuestra hayan sido fallas de la defensa, sino de virtud de los
delanteros", aseveró.
Con una brillante actuación, el arquero Fernando Muslera fue clave para la clasificación de
Uruguay a las semifinales de la Copa América, tras dejar afuera esta noche a Argentina en la definición por penales, en el partido por los cuartos de final.
El guardameta tapó varias chances de gol que podrían haber terminado en gol argentino y como frutilla del postre contuvo el remate desde los doce pasos de Carlos Tevez, mientras que un escalón más abajo estuvo experimentado zaguero Diego Lugano para comandar al elenco "charrúa".
El siguiente es un detalle del rendimiento individual de los jugadores de Uruguay:
Fernando Muslera (10): Fue el responsable de que Argentina no ganara, no sólo por el penal sino también por tapar al menos tres opciones claras de gol albicelestes.
Maximiliano Pereira (6,5): Controló muy bien a Agüero y fue uno de los principales baluartes cuando Uruguay tuvo que aguantar el partido con un hombre menos.
Diego Lugano (9): Fue el jugador más importante de la defensa "charrúa" y muy influyente en el juego aéreo de ataque de su equipo con dos cabezazos en el travesaño.
Mauricio Victorino (-): Tuvo poca participación en el partido al salir lesionado a los 19 minutos de juego. Perdió la marca de Higuaín en el gol argentino.
Martín Cáceres (6): Padeció la inspiración de Messi en el primer tiempo y alivianó su trabajo cuando no lo tuvo cerca. Abusó de la pierna fuerte, pero terminó dandole el triunfo a su equipo
en los penales.
Alvaro González (6): Sufrió la superioridad numérica que por ese sector le hicieron Zanetti, Agüero y Di María pero se acomodó con el correr de los minutos y terminó redondeando una aceptable labor.
Diego Pérez (5): Abrió el camino con una oportuna aparición, pero lo complicó con un foul infantil que lo sacó rápido de la cancha.
Egidio Arévalo Ríos (7,5): Con la expulsión de su ladero Pérez, el chiquitín moreno se hizo grande y soportó la presión argentina
plantado en el mediocampo uruguayo.
Alvaro Pereira (6,5): Tuvo una importante labor desde la contención buscando ser la rueda de auxilio de la defensa "charrúa", aunque se lo vio bastante contenido en el ataque.
Diego Forlán (7): Demostró su gran pegada en cada una de las pelotas paradas uruguayas, pero estuvo totalmente desconectado con Suárez. Al quedar con un jugador menos raramente tuvo más espacios y generó más peligro.
Luis Suárez (6): Aportó demasiado desde su enorme sacrificio arriba, aunque pocas veces pudo juntarse con Forlán. Así y todo, tuvo un par de situaciones de gol.
Andrés Scotti (8): Pese a ingresar justo después del empate argentino en la primera etapa por Victorino, estuvo muy lúcido y preciso para la defensa sin dudas ni complicaciones.
Walter Gargano (-): Entró en el final del alargue para darle aire al mediocampo celeste y convirtió un importante penal cuando se acercaba la definición.
Diego Eguren (-): Ingresó junto con Gargano y aportó mucha tranquilidad en un momento dramático del partido.
Tras un período en el "freezer", el delantero Carlos Tevez volvió a la Selección argentina para la Copa América condecorado como el "jugador del pueblo", pero esta noche en la eliminación frente a Uruguay se transformó en el perfecto villano al fallar su tiro penal en la definición del encuentro.
Por presión popular, el entrenador Sergio Batista cedió en su idea original e incluyó a al "Apache" en el inicio del certamen pero el atacante nunca encontró ni su lugar en el campo de juego como extremo izquierdo, ni fomentó una sociedad futbolística con Lionel Messi, nave insignia del elenco nacional.
Junto con Ezequiel Lavezzi, Ever Banega y Esteban Cambiasso, pagó las consecuencias del flojo arranque del combinado albiceleste.
La efectividad de su reemplazante, Sergio Agüero, auspiciaba una larga espera en el banco pero esta noche frente a los "charrúas", Batista volvió a apostar por él como extremo izquierdo.
Tevez volvió a defraudar, ya que no solo no cumplió esa función, sino que se retrasó y -a pesar de un par de jugadas- nunca congenió con Messi.
Por último, coronó su polémica inclusión fallando su penal en la serie de definición y se retiró como "villano" del torneo al que había arribado como héroe popular.
