árbitro Sergio Pezzotta, quien a través del titular de su gremio, Guillermo Marconi, confirmó que fue amenazado por barrabravas "millonarios" en el entretiempo.
Además, la injerencia de las autoridades del gobierno también será decisiva para evaluar el castigo que sufrirá River, más allá de todo lo que significa el descenso de categoría.
El club de Nuñez quedó expuesto a duras sanciones por los graves incidentes registrados el domingo pasado en el estadio Monumental, con decenas de heridos y detenidos, y también por la sobreventa de entradas en el cotejo ante Belgrano de Córdoba por la revancha de la promoción.
River sufriría una quita de tres a seis puntos, pero también una clausura de su estadio, o bien la posibilidad de jugar a puertas cerradas en el comienzo del torneo de Primera B Nacional.
En un primer momento había trascendido que el equipo "millonario" no iba a utilizar su cancha a lo largo de todo el certamen, pero esa versión perdió fuerza con el correr de las horas.
De todas maneras, lo que incluya Pezzotta en su informe será decisivo, ya que las amenazas que sufrió el domingo pasado las hizo públicas Marconi, titular de Sadra, el gremio en el que está enrolado el árbitro.
En ese sentido, Marconi denunció que Pezzotta estuvo sin custodia en el entretiempo y que integrantes de la barra brava lo amenazaron en el vestuario.
Por su parte, el fiscal en lo Penal y Contravencional de la
Ciudad, Gustavo Galante, ratificó la "clausura preventiva" del estadio Monumental, y al tiempo ordenó una inspección para recolectar las pruebas de los destrozos provocados.
La clausura de la cancha "perdurará hasta que se cumplan las diligencias" relacionadas con la recolección de elementos para comprobar los daños y la supuesta sobreventa de entradas.
En declaraciones a un canal de cable, el funcionario ratificó que el estadio estaba habilitado para albergar a 40 mil espectadores, pero habrían ingresado 12 mil más.
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