El presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, lamentó hoy que la final del Mundial de Sudáfrica 2010, protagonizada ayer por los seleccionados de España y Holanda, "no haya sido un ejemplo del juego limpio".
"No fue exactamente lo que esperábamos y lo que yo particularmente esperaba en cuanto al juego limpio", protestó Blatter en conferencia de prensa.
Además de haber significado la gloria para el seleccionado español, que conquistó por primera vez un Mundial, la final ante Holanda pasó también a la historia por haber sido la más violenta de las diecinueve disputadas.
Catorce tarjetas amarillas y una roja (récord para una final) fueron aplicadas por el árbitro inglés Howard Webb para tratar de encauzar el desarrollo de la final.
Webb amonestó a cinco jugadores españoles y a ocho holandeses, además de expulsar al defensor ænaranja' John Heitinga, por doble tarjeta amarilla.
De todos modos, Blatter no quiso hablar del arbitraje de Webb: "No me corresponde a mí juzgar el desempeño de los jueces. Lo único que puedo decir es que fue un partido difícil y que los jugadores no ayudaron+, afirmó.
Aunque como espectador vio todos las anomalías sucedidas durante el partido, el titular de la FIFA subrayó que no podía comentar la conducta de los jugadores holandeses, que apelaron a las brusquedades para frenar el juego de España.
Es posible que la FIFA investigue el comportamiento de los jugadores de los dos equipos.
En otro orden, el Mundial de Sudáfrica 2010 alcanzó gran éxito de público, al llenar casi un 93 por ciento de la capacidad de los estadios a lo largo de los 64 partidos disputados que, en total, reunieron a un público de casi 3,18 millones de personas, anunció hoy la FIFA.
La entidad destacó además que las ventas de entradas para los partidos del primer Mundial realizado en suelo africano también superaron los tres millones de unidades, lo que significó que se logró vender el 97 por ciento de los boletos ofertados, reportó la agencia DPA.
Según el documento divulgado hoy en Johannesburgo, el total de público que siguió los partidos del Mundial de Sudáfrica fue el tercero más elevado de la historia, y sólo fue superado en las citas de Estados Unidos 1994 y de Alemania 2006.
La FIFA también destacó los índices de audiencia televisiva récord logrados este año, especialmente en la final entre España y Holanda.
En el país campeón, la transmisión del partido alcanzó una audiencia promedio de 13,4 millones de personas, equivalente al 78 por ciento de los televisores conectados, mientras que en Holanda el índice llegó al 90,6 por ciento de los televisores, lo que supuso un público telespectador promedio de 8,5 millones de personas.
En Alemania, que terminó tercera en Sudáfrica, el partido semifinal contra España fue seguido por televisión por 32 millones de personas -un 40 por ciento de la población-, lo que representó a cifra más elevada de toda la historia de la televisión germana".
Además, el ente rector del fútbol mundial festejó otro récord, que fue el de la venta de los derechos de transmisión de partidos de Sudáfrica 2010 en "217 países y territorios".
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