(Especial de NA, por Emiliano Rodríguez) -- Dos líneas de cuatro, una marca exhaustiva sobre el astro argentino Lionel Messi, concentración en defensa, garra en el medio, corazón y pases largos para los delanteros, en busca de generar algún contraataque letal.
Desde el mismísimo momento en el que Uruguay selló su clasificación a los cuartos de final de la Copa América 2011 tras vencer 1-0 a México el martes pasado en La Plata, el cuerpo
técnico "charrúa" liderado por Oscar Tabárez ha estado planificando el duelo de mañana en Santa Fe.
El encuentro de mañana supondrá también un choque de estilos, entre un conjunto repleto de estrellas, como Argentina, y otro que depende más de su funcionamiento colectivo que de alguna individualidad para aspirar a la victoria, más allá de contar en sus filas con jugadores de renombre internacional como Diego Forlán o Luis Suárez.
Uruguay, que desembarcó en la Copa América prácticamente con el mismo equipo que causó sensación en el pasado Mundial de Sudáfrica (finalizó cuarto), llega a Santa Fe sabiendo que controlar a Messi resultará crucial para sus planes de ganar el encuentro.
También será fundamental para el desempeño de la "Celeste" que los mediocampistas Diego Pérez y Egidio Arévalo Ríos logren prevalecer en la zona de gestación frente a Javier Mascherano y Fernando Gago, con quienes probablemente se rasparán durante toda la tarde.
Ocurre que Uruguay no juega con un enganche definido y es justamente en los pies de los dos volantes de contención en donde suelen gestarse los movimientos de ataque del conjunto "charrúa", después de recuperar la pelota.
Si bien ambos integran un doble cinco, Pérez se mueve como un mediocampista central más tradicional, mientras que "Cacha" Arévalo Ríos se encarga de los relevos si alguno de los
laterales se proyecta o se transforma en una rueda de auxilio de la defensa, parado apenas por delante de los centrales, cuando es el conjunto rival el que avanza.
En la nómina de pequeñas misiones que deberá cumplir Uruguay si pretende dar el golpe en la cancha de Colón también figura la necesidad de mantener la concentración durante los 90 minutos, para evitar que Messi frote la lámpara y elabore jugadas como las que le permitieron al conjunto argentino golear 3-0 a Costa Rica el lunes pasado.
"Tenemos que hacer un partido perfecto en todas las líneas para tener alguna chance de ganar", reconoció horas antes del clásico rioplatense el defensor y capitán de la "Celeste", Diego Lugano, en declaraciones a la prensa.
De todos modos, esa perfección a la que apunta Uruguay está condicionada por la falta de gol que padece el equipo oriental, como quedó demostrado en el cruce con México.
Es más, la principal figura "charrúa", el delantero Forlán, hace un año que no convierte con la camiseta celeste, desde el duelo por el tercer puesto del Mundial 2010 contra Alemania.
"Cachavacha" está peleado con el arco, aunque lógicamente el equipo argentino no puede ni debe confiarse, dado que Forlán (con o sin goles) continúa siendo un hombre decisivo en el
ataque de Uruguay, ya sea como compañero de Suárez en la ofensiva o pivotando en el medio y devolviendo redonda la pelota para que suban los laterales.
Dos líneas de cuatro propondrá la "Celeste" mañana tratando de contener los embates de Argentina, con un 4-4-2 en el que Forlán y Suárez junto con los dos volantes por afuera dibujarán un trapecio cuando Uruguay recupere el balón y salga en busca del marco "local".
Obviamente, sin el goleador del Nápoli italiano Edinson Cavani -no se recuperó de un esguince en la rodilla derecha- el conjunto "charrúa" pierde poder en ataque.
Pero Uruguay no se sentirá incómodo esperando a Argentina en su campo y tratando de lastimar al rival con jugadas rápidas de contragolpe.
Concentración, garra, corazón y pases largos, la fórmula de la "Celeste" para burlarse de la mística del "Cementerio de los Elefantes" y dejar fuera de combate al dueño de casa.
Por último, un secreto (atención Messi, Ángel Di María, Sergio Agüero y compañía): el punto más flojo de la defensa uruguaya es el flanco derecho, por donde se mueve Maximiliano
Pereira. El martes pasado, hasta los juveniles de México lo complicaron.
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