Los atrasos en obras para Brasil 2014, otra vez en el centro de la polémica

Brasilia (AFP) -- Los atrasos en las obras para el Mundial Brasil-2014 volvieron este viernes al centro de la polémica luego de críticas declaraciones realizadas por el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, que, según analistas locales consultados por la AFP, deben ser tomadas con pinzas.
La última descarga verbal contra los preparativos brasileños estuvo a cargo del influyente Valcke, quien durante una conferencia en Moscú dijo que Brasil aún no tenía estadios, ni
aeropuertos ni un sistema nacional de transporte en marcha para el Mundial de 2014.
"Entiendo que Valcke está equivocado y no está, al mismo tiempo. No se pueden negar los atrasos en obras de infraestructura, pero es preciso ser más objetivo en el análisis de la situación", dijo a AFP el especialista Rodrigo Prada, uno de los directores del portal copa2014.org.br, especializado en el acompañamiento crítico de las obras.
Para Prada, "uno de los problemas es que los estadios se encuentran en la fase de obra en que los trabajos se centran en los cimientos. Es difícil explicarle a la gente que en este lugar
se está construyendo un estadio si la gente no puede ver la obra. Eso distorsiona la evaluación".
Según el experto, Brasil también tardó demasiado en definir un paquete completo de inversiones y obras necesarias. "Brasil fue elegido sede mundialista en 2007, y el paquete completo de obras de inversiones quedó listo en febrero de este año. Eso retrasó el inicio de las obras", dijo.
Sin embargo, Prada recordó que "en realidad la FIFA no tiene a nadie aquí haciendo un control de la marcha de las obras. No se sabe de qué datos dispone Valcke para trazar ese escenario".
Además, añadió, "tenemos testimonios de arquitectos que presentaron quejas porque la FIFA introdujo hasta la semana pasada nuevos cambios en los proyectos. Esas reformas en los proyectos significan más atrasos".
"Los estadios estarán listos en 2014. Para la Copa de las Confederaciones (en 2013), estarán listos por lo menos los cuatro principales", destacó.
El 31 de mayo, la presidenta Dilma Rousseff convocó a una reunión a los alcaldes de las 12 ciudades-sede y los gobernadores de los respectivos estados, además de varios ministros, para asumir personalmente la fiscalización general de las obras para el Mundial.
De acuerdo con el ministro brasileño de Deportes, Orlando Silva, Rousseff "asumió el gesto político de llamar esta reunión y adoptar la responsabilidad por la fiscalización de las obras y las medidas que se tornen necesarias para que el evento resulte un éxito".
Fue luego de esa reunión que la presidente anunció la decisión de abrir en breve las licitaciones para privatizar la gestión de tres importantes aeropuertos brasileños, los de Guarulhos (Sao Paulo), Viracopos (Campinas) y Brasilia.
En marzo pasado, había sido el propio presidente de la FIFA, Joseph Blatter, quien se encargó de presionar a Brasil por la marcha de las obras.
En esa oportunidad el propio ministro Silva admitió que "tenemos problemas con los estadios de Natal (nordeste) y de Sao Paulo (sudeste)", pero añadió que "en las demás ciudades las obras siguen a todo vapor".