El partido que jugaron ayer Paraguay y Japón fue el último en la ciudad de Pretoria del Mundial 2010, por eso hoy la capital de Sudáfrica quedó sin rastros de la competencia, salvo por los argentinos que vinieron a este país a alentar al equipo de Diego Maradona.
La ciudad quedó vacía, desierta de Mundial. Las calles ya no tienen los carteles que indican como llegar al Loftus, el estadio de Pretoria.
Las calles que estaban cortadas en los alrededores del estadio ya no lo están más y el Mundial pasó a ser historia. Las camisetas de la "Bafana-Bafana" que se cotizaban a 350 rands, ahora valen la mitad y algunos aseguran que con el correr de los días seguirán bajando de precio.
Encima, la capital de Sudáfrica tiene al fútbol muy lejos, porque en Pretoria el rugby es el deporte principal.
En Pretoria, sobre todo en su zona residencial, que es donde está concentrado el seleccionado argentino, viven la cantidad más grande de "blancos" de Sudáfrica. Las casas están todas electrificadas y hay bares donde claramente se dividen las aguas: algunos son de los "blancos" y otros de los "negros".
Durante los días que hubo partido, salvo el de Paraguay y Japón, Pretoria fue una fiesta, con todos sus habitantes, más allá de las razas, mezclados y siendo parte de un evento histórico para el país y el continente. Pero hoy todo ya es diferente, el color del Mundial desapareció de las calles y sólo los argentinos están haciendo sentir en Pretoria que en Sudáfrica hay un Mundial.
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